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Puente sobre el Duero

El puente tiene 4 arcos, mayores los centrales, que son gemelos y muestran rosca de cantería caliza de buen tamaño con talla muy regular, marcando un trasdós muy claro. Los arcos laterales son de otra piedra arenisca, más rubia e irregular en su talla y algo sensible a la erosión del agua , que ha desgastado muchas piezas. Sobre los arcos se levanta la caja del puente con mampuesto y sillarejo de arenisca hasta el tablero, que no está marcado al exterior, y los pretiles coronados con albardilla de medio punto de piezas muy irregulares. En el arco norte, en la orilla opuesta a la población las enjutas hasta el tablero son de sillares en hiladas irregulares.
Los espolones son todos cuadrados, con las aristas de sillar calizo y se prolongan hasta el tablero formando apartaderos. Los tajamares son de dos tipos: los laterales más antiguos, apuntados con ángulo muy agudo y coronados por pirámides escalonadas, mientras que el central, entre los arcos gemelos, es un medio cilindro cubierto por sombrerete escalonado. El puente está concebido para el paso de ganados porque desarrolla embocaduras muy abiertas en ambas orillas, especialmente en la norte. En la margen contraria, la del pueblo, conecta una amplia rampa sobre muro de mampostería que lleva a la ribera, posiblemente un sesteadero y abrevadero de ganados trashumantes en un paso intermedio entre Langa y Aranda.
Por lo que dice la documentación, no es un puente muy antiguo, aunque el vado lo fuera desde la Edad Media, de donde viene su nombre (1168). A fines, de este período, en 1493, ya existe un llamado Puente de la Reina, que los vecinos se encargan de reparar a costa de sus alcabalas, cedidas por la corona durante un período de 10 años, por lo que posiblemente tuviera este nombre por la reina Isabel. Fue reparado a mediados del XVI y seguía en activo en 1603.

LAS OBRAS
Entre 1652 y 1657, debía estar en muy mal estado pues el Concejo se dirige a la autoridad competente, el Consejo Real, y al Cabildo de Osma solicitando su reparo y haciendo notar que era puente de paso para trajinantes de muchas partes.
Por los informes que en estos momentos hacen los técnicos, los canteros Mateo de la Verde, Pedro Palacio y Domingo de Menchaca, tenemos una descripción aproximada del puente, notándose que tenía cuatro arcos, como el actual 400 pies de largo (114 metros) y 22 pies de ancho (6,3 m) , que coincide en el largo pero no en el ancho que no sobrepasa los 14 pies. Y que se había hundido la pila central con los arcos adyacentes, seguramente por fallas de cimentación, pues esta pila se clava en el lecho del río.
En 1689 todavía se habla de rehacer los dos ojos, y no será hasta pleno siglo XVIII, cuando en 1731 el Consejo, para proteger al comercio y la Mesta, se decide a cambiar maderos (apuntalamientos que se habían puesto en los arcos) por piedra y acometer una reconstrucción de los dos arcos centrales. El primer informe fue del alarife Martín de la Lombana, por el que sabemos que los dos ojos extremos se encontraban en buen estado, y que ya uno era más antiguo que otro, como actualmente puede comprobarse.
Las roscas de ambos arcos también son distintas, más delgada y de peor labra la del lado de pueblo. Los rellenos de las enjutas también son diferentes: los mampuestos y sillarejos del arco cercano al pueblo se sustituyen por sillares en hiladas irregulares en el arco contrario.
Tras este informe presenta otro Andrés Zamora y Antonio Pontones, pero es Juan de la Portilla quien se lleva la obra después de dos años y una reducción del 30% del presupuesto inicial. Que posteriormente se incrementara en un 80% tras descubrir nuevos defectos, este costoso trabajo lo pagaran por reparto los pueblos del contorno.
Casi 20 años después, las riadas de 1752 se lo llevaron de nuevo y Santiago de la Puente y Francisco Manuel de la Puente formalizan nuevos trabajos de reparación, que finalizan en 1758.
En 1780, Juan de Biesca y José de la Riva con don Isidoro García realizan las últimas obras, hasta que en el siglo XIX llegue la solución que hoy vemos, dando por terminado el problema de cimentación de la pila central.

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